Tenía muchísimas ganas de hacer esta receta que proviene de una revista gratuita que cogí este verano en Tesco, un supermercado inglés.
Hablaban sobre la mejor comida para llevar a un picnic...algo barato y sin muchos ingredientes, fácil de cocinar y cómodo de comer así que entre otras propuestas se encontraba esta deliciosa tarta salada fría. He sido todo lo fiel que he podido a la receta original aunque se me ocurren unos cuantos ingredientes que le irían muy bien...
1 bandejita de tomates cherry
1 cucharada de aceite de oliva
150 gr. queso de cabra
150 gr. queso de cabra
1 puñado de hojas de albahaca fresca o albahaca seca
1 cucharada de vinagre balsámico
1 lámina de masa quebrada
Precalentamos el horno a 170º.
En un molde para tartas disponemos la masa quebrada presionándola bien en los bordes para darle forma. Horneamos unos 20 minutos o hasta que veamos que la masa está cocinada. Sacamos del horno y dejamos que se enfríe.
Lavamos los tomates y los cortamos por la mitad.
En la bandeja del horno forrada con papel vegetal, ponemos los tomates para asarlos y los rociamos con la cucharada de aceite de oliva. Asamos 15-20 minutos. Transcurrido este tiempo los sacamos y dejamos que se templen.
Picamos la mitad de las hojas de albahaca y mezclamos con el queso de cabra. Yo puse el queso a taquitos en un bol y le añadí un poco de queso blanco de untar. Con la ayuda de un tenedor lo fui desmenuzando hasta obtener una mezcla cremosa. Tampoco tenía hojas frescas de albahaca, así que utilicé de la seca...aunque evidentemente nada tendrá que ver :(
Ponemos la mezcla de queso encima de la masa, colocamos los tomates y vertemos el vinagre balsámico por encima.
Decoramos con el resto de la albahaca y servimos.
Yo le añadí a mi porción de tarta unas hojas de rúcula y unas anchoas ;)
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